Nada.

Seas quien seas, si lees esto, me conocerás más a fondo que muchas de las personas que han pasado por mi vida, este mensaje es para ti, visita este sitio a menudo, y nunca desfallezcas en lo que te propongas, que nada te pare, buena suerte.

martes, 10 de septiembre de 2013

Ríos de humo y luz.

Y vuelvo a seguir la marea, me pregunto a dónde irá. Los caminos de muestran contrarios a que los siga, serpentean y se pierden en una oscuridad que permanece impasible ante los intentos de alumbrado de las pequeñas estrellas que brillan en el firmamento. Fluye el río, sigo su pista y al final comprendo que ese río es el recorrido de mi vida, que no va a ras de tierra, que se eleva hacia el cielo, bajando, subiendo y me arrastra. Perdí el control y lo único que me queda es sonreír y ver a dónde me lleva, como pasa por momentos increíblemente tristes y amargos, luego vuelve arriba, hasta las nubes de risa, miradas y bromas. Empiezo a ver personas, a los asesinos de sueños, a los que me clavaron alguna vez un puñal en la espalda, creo que estoy muerto, que esto es un castigo divino por no haber sabido apreciar lo que me daban, ando perdido ahora en una isla de penas. Mis manos se abren y se vuelven a cerrar al compás de mis pasos, la isla, antes enorme ahora se hace pequeña y se reduce a una persona a la que miro a los ojos, directamente a los ojos y noto cómo lágrimas resbalan por mis mejillas coloradas de rabia por no poder apartar la mirada.
"Yo te amé", pienso, todo quedó reducido a ésto, una isla de penas, olvidadas todas las tardes de caricias, olvidadas las noches de cosquillas y pienso en la curva de esos labios que me sonríen con tal rencor que duele, cierro los ojos y corro. Me alejo de esa pequeña pesadilla creada expresamente para mi. Ella quedó atrás.
Sigo caminando, ya con pies cansados, el riachuelo de humo se desvanece a cada paso y a cada paso me odio más. Estúpido, la dejaste ir. Está con otro, nunca la recuperarás. Era necesaria. No consigo acallar las voces de mi cabeza, iros, por favor, no quería esto, quería lo mejor para todos. No sabía que pasaría ésto. Dios, dejadme vivir sin ella. Silencio, parece que se fueron.
Vuelvo a encontrar el riachuelo y creo que es incluso más fácil de seguir, paso la mano por el humo que me rehuye, qué cruel por su parte privarme de contacto alguno, todo es oscuro, el aire huele a quemado.
Ya veo la luz, caras amistosas y una de ellas me indica que siga una dirección, no sé qué me deparará, pero parece que ya me puedo refugiar en la calma del olvido y disfrutar un poco del paraíso que me empieza a embargar con sus encantos, ya no ando, parece que floto, pero no veo a dónde. Unos ojos verdes me observan desde la distancia. Me atraen, parecen hilar los desgarres de mi corazón, creo que sé a quién pertenecen. Una musa. Sentada a la orilla de mi río de humo, iluminada por la luz de la esperanza, parece un ángel. Mi ángel.

miércoles, 2 de enero de 2013

Cenizas

Noto sabor a cenizas en la boca, sé de dónde salen, no hay otro sitio cerca, del fuego de mi alma, fuego de una pasión nunca apagada, me ciega los ojos y me envuelve en una danza ardiente, quema, quema y lo hace todo llamas, sólo pensar en ti aviva las chispas que surgen del centro de mi corazón ya negro de tanto arder por ti y si no fuera por la distancia no me quemaría. Un beso tuyo me quita el hambre, me sacia y alimenta el amor que tanto vale para mi y para ti. No soy más que una fruta y tú mi árbol, me apoyo en ti cuando no me queda nada y solo te necesito a ti para vivir, ni dinero, ni aire, ni una gota de agua, tú y sólo tú me consigues mantener con vida. Tu amor es mi ángel guardián, mi centinela y mi guarda. Te necesito, como a ese carbón de amor que arde entre mis costillas, como al deseo de no querer soltarte nunca una vez que te capturo. Cazador radiante ante la luna, de noches que deslumbran, que llaman a salir, a oler el aire, sonreír y buscarte, y una y otra vez busco mi musa en ti, la encuentro y se me va de entre los dedos como el aroma que desprendes en cada ágil movimiento de tu cuerpo. Te pido algo y nada más, no te vayas, no huyas como esa brisa que se lleva tu presencia con un aliento, apagando mi alma y mi pasión inmortal.

lunes, 15 de octubre de 2012

Ella.

Hacía tiempo que quería escribir esto, y ahora que empiezo no sé por donde empezar, hay tantas cosas que querría decir sobre ella que me pierdo entre tantas posibilidades. Cuando estoy con ella soy yo de verdad, no tengo miedo de nada y de todo al mismo tiempo, difícil de describir, sí, pero es así, cuando me abraza con sus manos de piel suave y blanca, me deja una neblina con la sensación cálida de estar abrazándome aún largo tiempo después, cómo me susurra al oído, como sonríe, como apoya si frente en la mía. Es la única persona con la que de verdad quiero estar siempre, no desprenderme de ella nunca, del calor que me transmite, del olor de esa piel blanca, tan peculiar y auténtico. Cuesta imaginar lo que sería de mi sin ella ahora que ha entrado en una capa tan profunda de mi corazón, cegado por la soledad, insignificante para mi hasta ahora, tan importante cuando me doy cuenta de que existió, no la siento, sé que la tengo a ella, y eso me reconforta, incluso en sueños, es envidiable, créedme, me siento tan desprotegido a su lado como ganas de protegerla tengo, y con una simple palabra es capaz de hacerme sonreír, enrojecer o enmudecer como nunca antes. Ella despierta en mi sentimientos de grandeza inimaginable, complicados, simples, da igual, son hermosos, es lo que importa, aunque, a veces, junto a ella, no importa nada, solo nosotros, juntos en un baile lento y delicado, la vida se tinta del color de la belleza, aunque no hay nada tan bello como ella, porque ¿sabéis? es preciosa, y no lo digo por ser otro chico enamorado hasta las entrañas echas ceniza, quemadas por amor ciego, no, lo digo porque es verdad, lineas tersas delinean su rostro, curvas delinean su cintura esbelta, ojos interesados, curiosos y a la vez despistados observan y un pelo negro termina de enmarcar su rostro de difícil descripción. Y así, a ritmo de latidos de un corazón desembocado, consigo por fin escribir estas pocas letras tan merecidas por ella, porque con tan solo una mirada en mi mente y un pequeño recordatorio de un beso suyo consigo un mar de sentimientos, palabras y expresiones, rellenando rincones, de otro corazón enamorado, joven, pero a su manera sabio. Te amo, cielo.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Paisajes cambiantes.

Infinito. Es la palabra que lo define prácticamente todo, infinitas las estrellas, los amores, y las miradas avergonzadas entre personas que se aman sin saberlo. Y aunque los pasos que marcamos uno tras otro pueden recorrerlo todo, no pueden ensuciar uno de los paisajes más hermosos que nuestros ojos llegarán a ver, ese paisaje que nos protege siempre, arropándonos con un resplandor característico, una variedad y unos colores que dejan abobado al más fiero de los críticos. Las miradas se pierden en él como vagabundos que no saben qué camino tomar primero para recorrerlo todo, paso por paso, van pasando por nubes, lágrima por lágrima, van recordando atardeceres igual de tristes que felices. Las personas son complicadas, no saben lo que quieren hasta que ven que otro lo tiene entre las manos, no saben que aman hasta que se sienten rechazados y es por todo ello que cuando consiguen lo que quieren siempre quieren mas, hasta que se ahogan en sus propias ansias, salen al exterior de entre tanta avaricia y se sienten liberados, como si toda la vida hubiera sido solo un paso mas hasta ese objetivo de rozar el cielo. Porque por mucho que pensemos, la mayoría de personas lo que más añoran es volar, tocar el cielo con las puntas de los dedos, contagiarse de esa paz que transmite su leve brillo y sonreír como nunca antes lo habían echo.

sábado, 28 de abril de 2012

Monstruo.

A veces, una persona aún sabiendo que todo lo que tiene es mas que suficiente, no tiene lo que necesita, y es un vacío interior que inquieta e impacienta, difícil de llenar con palabras, imágenes o experiencias.
Como el humo de un contenedor de cristal resquebrajado, las sensaciones escapan de una persona, convirtiéndola en un ser inmoral, que no necesita a nadie, una simple máquina, que actúa porque tiene que hacerlo, y no porque quiera, las personas dejan de provocar le sonrisas, o cualquier otra emoción, un autómata que camina junto a su sombra en un mundo que no se adapta a él, esa persona es incapaz de ser feliz.
Pero no todos acabamos siendo así, y no todos nuestros pasos terminan sonando uniformes, siempre hay gente que a pesar de tener un mecanismo de control incrustado en el alma actúa por si misma y no obedece a nadie, gente que hace que éste mundo de monstruos en el que vivimos pueda tener algo a lo que aferrarse, una oportunidad que de a conocer quiénes fuimos, quiénes seremos y quiénes somos.